3/10/10

Botellones y tradiciones.

El otro día,al dar mi paseo matinal por el parque,observé como una mujer agitaba de arriba abajo el pan que acababa de comprar de forma enérgica,mientras explicaba algo a otra señora.

La baggette que llevaba la segunda mujer permanecía extrañamente calmada ante los movimientos hostiles y tan claramente desafiantes de su contrincante.

Bajo mi condición de " mira que perrito tan mono" me acerqué.Técnicamente a esto se llama pegar la oreja.Ambas me miraron.

Moví mi colita recortada y obtuve algunos elogios rápidos y suficientes para garantizarme un buen audio.

Carmele,así se llamaba la que blandía el pan,se quejaba amargamente a Marga*,de lo que había visto en las fiestas de su pueblo.





Decía que, antes se juntaban en la plaza a comer y beber mientras una orquesta contratada por el ayuntamiento tocaba lo que buenamente podía para amenizar la orgía de chorizo.

Cuando ya no había tanto que beber además de canturrear empezaban a bailar.Vamos nada nuevo.Se bebe un poquito y se tararea.Se vuelve a beber y se canta por varios palos flamencos.Un poquito más y se baila como no esta en los escritos.Ni siquiera en los apocrifos

Ahora,en el año 2010 de nuestro señor,se juntan en la plaza y beben y beben y vuelven a beber.Los panes se convierten en coches y los peces en equipos de sonido que tientan la ira de Dios a golpe de archivo mp3 . Vamos lo que viene a ser un vulgar botellón.

Luego se quedan las botellas,las meadas y bla bla bla en el sacrosanto suelo de la plaza del consistorio nada menos.

Y ahí es donde a Carmele se le rompió el pan y repasó parte del santoral hasta llegar a lo más alto.

Justo entonces,con el arma partida** esgrimió su touche definitivo en contra de los botellones.

"Ya no se respeta ninguna tradición."

Las tradiciones objetivamente son sólo comportamientos repetitivos en fechas concretas, socialmente aceptados o no, y que pueden y deben estar sujetos a tantos cambios como personas quieran acogerse a ellos.Así pues una tradición es y debe ser variable.

Es decir que para Carmele la imagen de la fiesta que ella recuerda con nostalgia es su particular tradición.Para la juventud actual es el botellón.

De aquí a unos años en esa misma plaza otra gente, más joven aún, lo festejará de otra manera y no entenderá ni compartirá seguramente esa vieja tradición del anticuado botellón.

Incluso puede que ya ni tan siquiera se celebre en la plaza.O no exista tal plaza consistorial.Y me plantaré aquí porque después puede que tampoco haya ayuntamiento,o ....

Los jovenes se rien de las tradiciones del siglo pasado y nuestros mayores critican las nuevas.Creo que lo que definitivamente sobra es el término...

*Carmele, (sujeto), se quejaba (verbo), amargamente (pues eso,!como se quejaba,uff!),a Marga(no amarga de la forma sino a Marga la sujeto "B".)

**El arma se refiere al pan,no el arma que todos llevamos dentro.


1 comentarios:

Alejandro dijo...

Dentro de unos años las nuevas generaciones se estaran burlando de lo que hoy hacemos las personas civilizadas de esta generación.