Pablo se retorcía de la mala leche bajo el agua de la ducha mientras frotaba su cabello para eliminar los restos del pegajoso huevo que le habían estampado hacía tan solo diez minutos.
Lo de aquella mañana había sido más que suficiente para tomar la decisión final.
Visualizó su precipitada huida del campo de fútbol y volvió a repetir inconscientemente las palabras que había dicho entre jadeos y movimientos de pánico.
-!Que os den por el culo!.Entrenad vosotras, putas harpías, a vuestros monstruos...
Desde que había empezado la liga infantil del colegio su vida era un infierno.
Que si mi niño no juega nunca.Que si a mi "pobre criaturita" sólo la sacas cinco minutos.Que si vaya mierda de entrenador...
Pablo intentaba borrar de su cabeza la colección de improperios que había ido acumulando generosamente en las últimas semanas.Las madres de los equipos rivales no tenían compasión.
El huevo pasaba de la cabeza a las manos y viceversa en bucle infinito .
Lejos de conseguir obviar aquellos comentarios revivió las tensiones de anteriores partidos a la par que viejas batallas arbitrales aderezadas con careos subidos de tono con estirados linieres.
-!Joder!, y luego dicen que no les gusta el fútbol a las féminas.
Mientras el huevo finalmente se esfumaba por el desagüe de la ducha se puso a recordar la mala folla que le había perseguido desde que conociera a Manuela,su mujer.
Se la imagino disolviéndose entre la plateada rejilla del orificio empujada al infierno por el torrente de agua mientras se axfisiaba entre el jabón.
Fue en el verano del 87.Manuela acudía puntualmente a jugar a la petanca cerca de la playa donde el iba a pasear su todavía lustroso y joven palmito.
Un día se quedo mirándola el culo mientras ella con este en pompa apuntaba a las dichosas bolitas.
Luego un tu que coño miras.Un enseñame a jugar.Las largas tardes aburriéndose con el puto juego mientras se asaba de calor...
A consta de sacrificar la playa y el chiringo con la esperanza de podérsela beneficiar,Pablo cambió su grupo de amigos por el de un club de jubilados que pasarían a ser sus grandes amistades para los restos.
Cierto es que que los restos duraron menos y nada ya que Pablo continuamente estuvo de entierros en los meses y años sucesivos.
Tras perder a sus amigos ya sólo le quedaba Manuela y un culo que ya no era tan pomposo como antaño pero culo al fin y al cabo.
Con el animo de ampliar horizontes sociales ,Manuela y Pablo un día intercambiaron dos frases que se convertirían a la postre en toda una maldición faraónica.
Dos frases que ya de por si y pronunciadas en medio de cualquier conversación entre un hombre y una mujer acojonan y mucho.
-Tengo que hablar contigo-Dijo manuela..
-No te preocupes cariño que ya lo hago yo-Había contestado Pablo.
Estas simples palabras fueron pronunciadas tras una reunión en el colegio para organizar el deporte escolar de las jóvenes promesas.
El resultado saltaba a la vista.Ese tengo que hablar contigo le había llevado bajo la ducha y ese cariño ya lo hago yo había significado un odio natural por parte de todos los presuntos nuevos y flamantes amigos de la pareja.
Pablo reaccionó y aún sabiendo que el síndrome de Manuela le acompañaría toda su vida pensó que no era justo abandonar al pequeño Pablito en la cancha de juego.
Seguro que a esas alturas estaría agazapado como un conejo en el banderín de corner mientras le fustigaban con durísimos dile a tu padre.
Se vistió y armado de valor caminó hacia el campo para rescatar a su hijo.
Mientras se acercaba se juró a sí mismo que si algún día se reencarnaba y volvía a ser joven jamás volvería a mirar un culo en verano.
Pablo y Manuela fue publicada en el Bufón hace unos meses de ahí que salga ya con comentarios y todo...Esta es la ¿versión final?.
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8 comentarios:
Mala folla... Ay ay. Que ya sé de donde eres... :D
Un gran relato. Como nos afecta cualquier decisión que tomamos. Incluso las más nimias.
Ya me gustaría a mí ver a los árbitros de primera divissón arbitrando partidos de colegio. Con todas las madres gritándoles.
Un saludo!
Buff pues todo un honor que alguien como tu diga que le ha parecido un gran relato.Exagerao!!!Si es solo para que echarais unas risas...
De acuerdo en todo lo demás,ja,ja.
Un abrazo amigo.
Por cierto Ivan ¿De donde crees que soy...?no me consta que la expresión "mala folla" sea de algun sitio concreto.Me has dejado intrigado,je,je.
A mi me gustó mucho el relato pero lo que tendría que hacer Pablo es no dejar de mirar culos sino de dejar de mirar culos petanqueros! aunque pensándolo bien, la posición de tirada, mmm. ¡Que no! la petanca no! los culos sí!
Hey!!! Que yo soy del bando de las madres , qué pasa??
Me he reido un buen rato y es realista , sí señor.
Un beso
Silvia^^
ja,ja,Gustavo,ahí estas tu sacando conclusiones,ja,ja.Menos mal que no te has quedado solo con el relato y has seguido reflexionando sobre el tema de fondo...uff,pense que nadie iba a ser capaz de hacerlo.Culos sí,petanca no,juas,juas.Veo que ya somos un equipo y nuestras mentes piensan como una sola.Grande esto de los Blogs...
En cuanto a tí Dianna,!Cambiate de bando!..sufrirás menos y te divertiras más,ja,ja.Supongo que no habras llegado todavia a la fase de los huevos,juas,juas...Uy,que no va con segundas eh...
me gustó el relato... donde miramos a veces y no lo decimos jejejej, se supone que es malo el final mmm algun consuelo al llamarla manuela y no con otro nombre jiji que lado miro uf!!! a veces soy así :D
un beso ronroneado miau!
Ja,ja...muy bueno...veo que has pillado bien la gracia al nombre de la petanquera...
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