La serie deja en evidencia ciertos despilfarros injustificados a la hora de lanzar al mercado determinados productos y pone en tela de juicio la calidad y rentabilidad final con las que algunas grandes apuestas fracasaron.
Otros más prácticos y alejados del mundo profesional simplemente tenemos miedo a que estos genios dejen de seguir compartiendo con nosotros su creatividad.
Siempre que nuestro operador de ADSL haya cobrado sus 20 GB y nos siga suministrando tres o cuatro podremos ver en el ciberdespacio a El negro ,el Postilla y el Zurdo.Los personajes protagonistas del proyecto son sólo visibles en Internet.

De momento podemos disfrutar de un episodio piloto y un primer capítulo.
La principal virtud de estas dos entregas es que cuando acabas de secarte los lagrimones de la risa y estás relamiéndote de forma placentera y masoquista las heridas que te han dejado los latigazos de originalidad y frescura con los que violentamente te acaban de fustigar caes en la cuenta mientras se te va cerrando la boca de que necesitas ver un nuevo capítulo.
Esto en los tiempos que corren no deja de ser sorprendente teniendo en cuenta la habitual apatía con la que encaramos las miles de recomendaciones que nos llegan.
Ese es el objetivo que las grandes producciones persiguen siempre y que en la mayoría de las ocasiones queda tan sólo en un anhelo de sus creadores.
El gurú televisivo JJ.Abrams posee hasta la fecha el récord en cuanto al presupuesto más alto para un episodio piloto con Fringe en el que se invirtieron más de diez millones de dólares.
David Sainz y compañía posiblemente estén en posesión del récord contrario ya que sus gastos ascendieron a cuarenta euros tirando por lo alto tal y como han comentado en varias ocasiones.
Los cuarenta napos se han convertido en una de las mejores herramientas de marketing a la hora de promocionar la serie.
Nunca sabremos si además de gastarlos en gasolina fueron premeditadamente invertidos en una fantástica publicidad viral mientras llenaban el depósito.
Sinceramente es lo de menos y en cualquier caso otro gran acierto que sumarles.
No voy a vomitar opiniones técnicas sobre si la fotografía o el montaje son más o menos aceptables.Eso se lo dejamos a los eruditos que son los que realmente pueden hablar con propiedad sobre esas cuestiones.
Tampoco voy a entrar a divagar sobre si David Sainz es o no es Canario y que grado de canarión posee tal y como se debate por ahí.
Debe ser que soy un simple y que cuando hablo con mis amigos no nos partimos la cara para ver cuales de las series que vemos están técnicamente mejor paridas y nos importa una mierda el origen de las personas que intervienen en los alumbramientos.
Nosotros nos guiamos por el sabor de boca que nos dejan y si hablamos de
Malviviendo todos reconocemos que aún no nos hemos cepillado los dientes.
Tenemos una teoría, seguramente equivocada, de que al cabo de los años la gente a la que se dirige este tipo de productos no habla de los medios sino de los contenidos.
Puede que ese sea uno de los ingredientes que figuren en la receta del éxito pero desgraciadamente tampoco la tenemos como para asegurarlo.Es sólo una intuición.
Si al final eso es cierto apuesto mi último cigarro a que
Malviviendo tendrá miles de halitosos seguidores que no se lavaran la boca y que tampoco la cerraran ante las críticas más feroces que sin duda llegaran.
Como supongo que a estas alturas del post ya han abandonado muchos la lectura del mismo lo más acertado es dejarles que vean los dos primeros episodios de
Malviviendo a los que aún siguen leyendo con la vaga esperanza de que diga algo brillante.
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