19/12/09

Alma de Rodrigo Blass.

Alma es el primer corto de animación de Rodrigo Blass como director.

El granadino lleva trabajando como animador para Pixar desde el año 2002 y ha colaborado en películas como Buscando a Nemo,Los increíbles,Cars,Wall-E y la recién estrenada Up.

Alma tiene una factura impecable y un estilo visual delicioso.El punto flaco a mi entender es la historia en si por el hecho de ser un tema recurrente y poco novedoso.



No creo sin embargo que esto llegue a la categoría siquiera de "poner un pero" ya que el conjunto final es verdaderamente increíble.

Alma es una joya nacional dentro de la animación y me cabrea soberanamente que no haya sido preseleccionada para los Oscar.

Debe ser que a nuestros amigos americanos les ha dado congojo incluir dos trabajos nacionales entre los diez candidatos a la nominación final.No haremos nacionalismo patrio.Seguimos con lo que nos ocupa.

Técnicamente hablando diremos que la iluminación es exquisita y que los escenarios cuidados hasta el más ínfimo detalle recreando un ambiente encantado hacen que te enganches desde los primeros segundos.



La fluidez de movimiento de los personajes,las texturas y los efectos de cámara hacen de este corto una demostración rayana en la soberbia en cuanto a todo que se puede transmitir con la animación en 3d.

Yo ya no digo más que luego va a parecer que me gusta especialmente y que no soy objetivo...





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French Roast directo a los Oscars.

French Roast es uno de los diez cortos de animación preseleccionados para los Oscars.

Tras conseguir el premio al mejor corto de animación del Siggraph 2009 Fabrice O. Joubert,director de French Roast,empieza a divisar la posibilidad de alzarse con la estauilla.



Para ello primero deberá pasar el corte y ser seleccionado como candidato finalista.No creemos que vaya a haber sorpresas.Es una apuesta segura para los nominados al preciado galardón.

Catorce meses y 65 personas trabajando nos pueden dar una idea de lo difícil que es conseguir una animación de calidad.

Cinco minutos sin embargo bastan para dar un ejemplo de humildad a un estirado ejecutivo que tras descubrir que ha perdido la cartera decide primero y como mejor solución seguir pidiendo cafés.La segunda medida que su ejecutiva cabeza decide tomar...





Próximamente hablaremos del resto de nuestros favoritos...

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16/12/09

Perezoso Golden Blogs II. El amigo imaginario

Ultimo relato a concurso.Yo para mi que a Perezoso se le ha ido un poco la pinza pero en fin...habrá que respetar su "creatividad".

Espero que les guste.Si no no habrá dios que lo aguante....


El amigo imaginario.

No recuerdo exactamente en que momento ese sujeto a la postre triste y melancólico apareció en mi ordenada vida por primera vez pero al menos habrán pasado dos o tres años...

Al principio todo era ciertamente divertido.

Me gustaban las cosas que contaba y disfrutaba observando su manera de afrontar la vida y los problemas que nos iban saliendo al paso.

Poco a poco nos hicimos íntimos.

Nos reíamos de todo y de todos a la vez que nos íbamos aislando del mundo que nos rodeaba.Siempre estábamos juntos.

Todo fue bien hasta que decidió llevarme a su casa en secreto.

Nos organizábamos de tal manera que nadie notó mi presencia. Yo siempre fuí especialmente bueno desapareciendo.

El vigilaba mis sueños y luego yo hacía lo propio con los suyos de modo que siempre estábamos protegidos.

Me aconsejaba cuando intuía que alguien o algo trataba de hacerme daño.Poco a poco llegó un punto en el que ya no sabía hacer nada sin el.

Al cabo de un tiempo decidimos no volver a salir nunca más a la calle.No había nada fuera de aquellas cuatro paredes por lo que que mereciera la pena hacerlo.

Fue ahí cuando lo descubrieron todo.Luego él se marchó y me dejó sólo.

Llevo escondido en su casa desde entonces esperando a que vuelva.Hace dos dias que lo hizo.

Ya no es el mismo y percibo en sus gestos y su manera de dirigirse a mi cierto resentimiento y odio camuflado en escasas cortesías obligadas.

Anoche sorprendí el reflejo de su imagen mirándome por encima del hombro en el espejo del baño.

Creo que pensó que no me había dado cuenta.

Me acosté a su lado y disimulé que dormía durante toda la noche mientras sentía su respiración cerca de mi cuello.

Supongo que finalmente caí en los brazos de Morfeo.

Esta mañana cuando me levanté ya no estaba.Al entrar en el baño he visto unas pastillas tiradas por el suelo.

Las reconozco.Son las mismas que tomaba cuando se fue la última vez.

Sospecho que el amigo imaginario soy yo.

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This side up.

En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no me quiero acordar, vive una gran amiga que al blog un correo tuvo a bien enviar.

Un hidalgo caballero, cual pirata redomado, musiquilla se disponía a bajar más su nula experiencia en esas lides poco a poco su paciencia hicieron mermar...




Gracias a todos los amigos del Bufón Digital y en especial a Meadow por compartir este corto de animación.

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9/12/09

Perezoso Golden Blogs II.

Hoy traemos al concurso aire fresco.No es un relato al uso ya que se escapa de la narrativa estricta pero les aseguro que falto de mensaje y corto de sentimientos no va precisamente la propuesta de nuestra querida Sole de Noticias informales.

Aprender a escuchar, es aprender a comprender y amar. Aprender a vivir es abrir nuestras alas y echar a volar...volar tan alto, en libertad.

Aprender a vivir es dejar ser a los demás, no ser dañinos cortando sueños que otros lograron alcanzar...quizá a vos te sirvió lastimar, tu actitud fue la de estar atado a alguien que ya no te quiere mas, no sos libre...no sabes volar.

Abrir mis alas, volar...dejarte ir, alejarme y alejarte, fue crecer y madurar. Darme cuenta quienes son amigos de verdad.

Te crees profeta, te crees inmortal...tus mentiras te hicieron creer eso. Lastima, no sabes volar. Crees que volar es lo que aspiras noche y dia, para seguir tratando de convencernos de tus mentiras que solo vos creerás...

Despierta niño, cuando lastimas, te alejas...me alejas. Aprendé a volar, eso te liberará...eso quizá algún día nos vuelva a cruzar...

Vive...deja vivir...deja a tus fantasmas en paz!.

Guarda tus recuerdos, esos hermosos, en una botella y tíralos al mar...así compartirás tu vida con alguien que quizá no tenga alma para conservar recuerdos de cuando y como volar...Niño deja el egoísmo...vive en paz y deja vivir en paz.

Aprende a volar...no es difícil, solo cierra los ojos, y déjate llevar. El alma es quien guiará tu volar...solo sigue a tu alma, escúchala..ella no se equivocará jamás.
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8/12/09

Perezoso Golden Blogs II. El vapor.

Tras el breve paréntesis vacacional del puente de la constitución regresamos con las pilas cargadas y dispuestos a resarciros con un gran relato de esos que hay que ir degustando despacito, como con miedo de que se acabe....

Nuestro gran amigo Argan,de Cuanta bondad,es el autor del mismo.Creo que no voy a desearle suerte.No la necesita.!Perezoso ponte las pilas ya!.


El vapor.


No sé exactamente la edad que tendría ahora. Supongo que rondaría la centena. A estas alturas ya hace mucho tiempo que los años son tantos y no piedras. Pero tampoco estamos hablando de alguien a quien el destino le guarde una prórroga. Sin el océano cerca… difícil concebir la vida de un barquito de vapor. Y solo se quedará cerca mientras pueda pasear por sus aguas, mientras sea útil, mientras todavía contagie alegría. No hablo de un cuento. Ocurrió… supongo que hará ahora un siglo.

El vapor nació bravo. No estaba destinado a aguantar en tierra ni un minuto más de lo necesario. Pero en su parto hubo complicaciones. Fue construido en un taller del corralón de la Antigua Catedral. Se puso cuidado y mimo, sudor y llantos, se desnudaron noches y abrazaron días para que pudiera salir. Al fin y al cabo, aquella ciudad vivía de eso, de sus barcos, de sus astilleros, esa era su vida.

En la mañana en que el vapor abrió sus ojos, se encontró con la realidad. Esa de la que apartamos la mirada si no nos sonríe como esperamos, a la que le cerramos los ojos si nos grita palabras feas, a la que le damos la espalda si se acerca demasiado. Su corralón, su taller, donde ahora respiraba entre martillos y suspiros, estaba lejos de su ansiado océano. Casi un kilómetro de distancia. Quizá para nosotros no sea mucho. Quizá tampoco quisiéramos que lo fuera para él. Llámalo coraje, impotencia o como quieras, pero venía en el paquete al nacer. Todos lo sufrimos.


El vapor no se amedrento. Ellos no lo dejaron. Sus casi veinte padres estaban para apoyarle. Se tuvo que tirar una tapia del taller para, con un sonrisa en la proa, sacarlo de allí. Su casco terminado, la cubierta reluciente, su timón y su hélice brillando al sol de esa mañana. Este tampoco suele fallar. Una veintena de hombres, además de los operarios que trabajaron en él y la curiosa chavalería que rondaba la zona, fueron necesarios para ponerle sus zapatos nuevos. Dos plataformas de 8 ruedas cada una, las cuales hicieron de soporte al pequeño de 18 toneladas. A pesar de lo complicado de la operación, nadie pudo resistir el pensar en lo insólito del momento. Aquél vapor iba a hacer historia.


Durante las siguientes horas, nuestro barco se durmió. El vaivén al que le mecían, la nana del viento que secaba su pequeña capa de color, y el cariñoso griterío en el que se vio envuelto, no hicieron más que acompañarlo hasta que sus ojos se cerraron. Soñó entonces con su recorrido, con su nueva vida, en los viajes que emprendería. Soñó con Marruecos, con Lisboa, soñó que en dos días cruzaría el charco y sería recibido en “La Argentina”, envuelto en mojadas nubes blancas de sal y rodeado por la brisa. Mientras él viajaba más allá del puerto, era arrastrado por las aquellas estrechas calles. Tardaron toda una tarde en llegar hasta la calle San Juan de Dios. Una vez allí, mientras los hombres tomaban aliento y algún que otro bocado, el traslado se interrumpió para dar paso a los tranvías que venían de Extramuros. Al filo de la media noche se reanudó la faena. La fiesta no era la misma. Los pocos que habían ayudado hasta entonces retornaban a sus casas en busca de calor. De noche… todos somos pardos. La continuación hasta la plaza tardó casi toda la madrugada. Allí, se despidieron de él hasta el día siguiente. El vapor durmió profundo como solo un recién nacido sabe hacer. Irradiando vida con cada latido. Y toda la ciudad en su descanso, cambiando para siempre después de una sola noche.

Al día siguiente fueron los periódicos los que se levantaron primero. La gente se agolpaba en los balcones de la plaza para ver el espectáculo. Ocurrió que, el por aquél entonces alcalde, se asomó a contemplar el amanecer un segundo antes de empezar con su jornada, y encontró sin querer lo que todo el mundo se moría por ver. Sorprendido, en la primera hora de la mañana, ordenó que no se reanudaran las labores del traslado. La ciudad era casi tan mayor como la impaciencia, y el alcalde temía que el alcantarillado de las calles no soportara el peso del barco.

Diez minutos después era el sereno, maestro de abuelos, el que daba la orden a los padres de nuestro amigo. A pesar de insistir y de demostrar que todo estaba en regla, no pudieron hacer nada para convencerle. El vapor se despertó en medio de la trifulca. Tumbado como estaba, no podía ver lo que estaba ocurriendo. Solo escuchaba gritos y voces. Unos decían que era mejor parar, otros que era mejor seguir, esperar, continuar, callar, hablar… era demasiado joven para comprender. Su única preocupación eran sus ganas de llegar al océano.

Entonces bajó el alcalde. En medio de aquella pequeña plaza, junto a la sombra de un gran barco a mediodía y después de mucho pensar, resolvieron llamar al ingeniero municipal para que comprobara si era seguro o no el traslado. En medio de todo el barullo, la ciudad se hizo más curiosa. Aparecieron gentes de todos los barrios, niños y renacuajos, jóvenes y viejos… El vapor pudo llegar a sentir calor.

Sin embargo, las horas pasaron y el conflicto no se resolvía. Hubo reuniones en el ayuntamiento para encontrar una solución rápida, para obtener los permisos, pero todo fue en vano. El barco tendría que pasar otra noche más allí.

Se durmió intranquilo. Como si estuviera enfermo y cansado. Pasó frío. Soñó de nuevo con sus rutas. Cuantas veces repetimos lo que queremos cuando somos pequeños… con cuanta fuerza lo deseamos. Con que rapidez perdemos la pasión. Nuestros miedos también lo dicen. El vapor volvió a Argentina. El viaje fue tan placentero que no se dio cuenta de su llegada. Allí se vio iluminado por bombillas de colores que colgaban de cuerdas que lo rodeaban. La noche no tenía lunas pero iba sobrada de estrellas. Escuchó tangos… y contemplo el baile de dos niños al son de la música. En poco tiempo se encontró rodeado de muchos más. Niños pobres y ricos que todavía no sabían como se mide la propia riqueza. Todos querían bailar en su cubierta. Algunos se fueron hasta el timón y jugaron a los piratas. Otros correteaban por los pasillos y se escondían por la bodega. De repente el sol apareció y borró la fiesta, los juegos y la música. El vapor fue arrastrado hasta la mitad del Atlántico y allí, le sorprendió la tormenta. Gritos y más gritos llenaban su pequeño cuerpo de agua hasta hacerle estremecer. Quiso despertar… cerró los ojos con fuerza y lo pidió una y otra vez sin escuchar nada más. Cuando los abrió, su mirada encontró un rumbo nuevo. Alcanzar el sol que le guiñaba desde el horizonte… a través del océano más pacífico que contempló nunca. Y se dijo que porque no. No hay metas lejanas. Pasó el resto de la noche viajando hacía su nuevo sueño. Uno más. Porque nunca hay suficientes.

Al atardecer del segundo día llegó el informe del ingeniero. Había estado enfermo y ni siquiera había salido de su casa para comprobar la situación, pero decía que el tramo más peligroso ya había pasado y que con las planchas de hierro para repartir el peso que se estaban utilizando, sería más que suficiente. No sé que brisa llegaría hasta la habitación del ingeniero. Pero seguro que olía a mar y sonaba a crujir de olas reclamando lo que les pertenecía. Las fábulas son así. Todos conspiran para que salgan bien.

Rápidamente, todos se pusieron manos a la obra. El ajetreo despertó al vapor. Quizá alguien viese como se balanceaba nervioso de un lado a otro. Durante toda la noche y gran parte de la mañana condujeron el barco hasta los muelles. Esa noche nadie durmió. Ni los curiosos, ni padres, ni barco, ni alcalde. El cariño de algo así se lo impedía. Se cantaron canciones para animar a los hombres que trabajaban. Comida, agua, conversación… Nunca hubo un parto más difícil. Nunca hubo un hijo más deseado. La ciudad parió su vapor… sudó para ello, vivió tres días para ello.

En los muelles, la gran grúa flotante Hércules les estaba esperando. Al llegar, el vapor le saludó y la grúa le devolvió la mueca. Era media tarde pero ni siquiera el hambre quiso estropear el momento. Con gran cariño, las cadenas de la grúa envolvieron el barco. Hubo que retirar a la gente para no entorpecer el trabajo. Entonces la grúa empezó a mecerlo. El vapor estaba muy emocionado. Sus lágrimas llegaron al agua antes que él. Los júbilos quedaron ahogados por su risa. La grúa le pidió tranquilidad, todavía quedaba la parte complicada, pero él no podía evitarlo. Sabemos que algo grande nos va a pasar. ¿Quién calma nuestra alegría? ¿Donde están las barreras que no podamos saltar en ese momento?

A las tres de la tarde, el agua acarició su lomo. Sintió un escalofrío e inmediatamente se llenó de calor. Salió de su sueño, haciéndolo realidad. No hicieron falta palmaditas en el culo para despertarlo. Estaba cayendo más y más. Las cadenas se soltaron y haciéndole cosquillas, desaparecieron y lo dejaron solo. Por un momento temió hundirse, no ser lo suficiente para estar allí, no merecerlo… creyó que el océano se lo tragaría… ¡que sus sueños solo eran sueños! Pero solo fue un momento. Siempre tenemos esa mano que nos empuja hacía arriba. Que nos levanta, que nos guía y nos sostiene cuando pesamos demasiado… un momento antes de vaciarnos del aire contaminado que nos inunda… Una vez las fuerzas de la naturaleza hicieron su trabajo, el vapor suspiró, y su suspiro resonó en todo el pueblo. Los gritos de la multitud resoplaron más que el levante. Ese día la alegría fue verdadera. Y al verla… el vapor sonrió.

Fue niña. Le llamaron… Covadonga.
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6/12/09

Triumph ,the insult comic dog.

Corría el año 2002 y Triumph el reportero estrella de Late Night with Conan O'Brien asiste al pre-estreno de El ataque de los clones en el cine Ziegfeld de Nueva york.

En apenas diez minutos Triumph machaca a los fanáticos de Star Wars para nuestro deleite.

Gracias a este impresionante documento Triumph conseguiría el salto a la fama a nivel mundial.


Muchas voces se alzaron en contra de su peculiar estilo periodístico.

La "falta de respeto" a los protagonistas le hicieron acreedor de multitud de críticas y el vídeo consiguió tantos detractores como defensores.Obviamente nosotros somos de los segundos.

Es imposible aguantar la risa.La rapidez de Triumph es sencillamente escandalosa.Sobre la ética y todo lo demás nuestra posición es igual de clara.

Seguramente de entre todos los censores ninguno asistiría disfrazado de Jedi cuarentón blandiendo una espada láser de plástico comprada en un chino esperando encima que lo tomaran en serio.

Parece claro que sólo queda disfrutar como espectador o formando parte del espectáculo.

No vemos realmente donde ni como encajar a aquellos que por encima del bien y del mal juzgan un reportaje creado con el único objetivo de pasar un buen rato.

Esto es humor y del bueno.Así lo entienden tanto los anegados fans de Star Wars como los devotos incondicionales de Triumph.




Han pasado ya varios años desde esta vieja polémica.

Entonces no existía este blog pero que queremos recordar ahora aquellos impagables minutos de risas que vivimos viendo a Triumph.

Esta semana nos reencontramos con The best of Triumph el dvd que salió por aquellas fechas y lo sentimos...




Seguimos admirando a ese perrito cabrón que llega a la gala de los MTV y sobre la misma alfombra roja dice a grito pelado que aquello es una puta mierda y que vio mejores estrellas el dia que sin querer se sentó sobre sus pelotas.

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3/12/09

Perezoso Golden Blogs II .Bandera Bulls.

Varo, de Soliloquio 21, nos presenta un relato que hará a más de un paranoico observar la asiduidad de algunas prendas puestas a secar.

Otra buena historia para el concurso con giro final incluido...

Bandera Bulls

La amistad entre los dos vecinos cada día era más íntima que prácticamente quien los viera pensaría que eran de la misma familia.

-¡Hey! Marco necesito cortar el césped préstame tus tijeras, necesito ir por mi esposa al trabajo préstame tu carro, se me termino la cerveza ¿te sobrara una?— estas y otras muchas otras frases eran de Julio para con su vecino.

Los amigos convivían en una barbacoa.Pensativo Marco le comentaba a su vecino –creo que mi esposa me engaña amigo—.

-¿Por qué lo dices?- Julio se rascaba la cabeza
-Se comporta distante conmigo desde hace tiempo, pero tarde que temprano lo sabré.
-Tu esposa es buena persona. Eres un hombre con suerte. –Julio daba un trago a la cerveza mientras recorría con la vista el cuerpo de Rebeca la esposa de Marco.

Disimulo la molestia que desde el tiempo que se conocían nunca había sucedió, sabía de Julio ciertas patanerías pero esta vez algo era muy marcado reflexionada. ¿Sera él? .¿En la graduación de Rebeca cuando bailaron y ella reía junto a Julio todo el tiempo?.¿Cecilia su esposa sospechará igual que yo?.¿Qué pasó ese tiempo cuando Julio se ofreció llevar a Rebeca a Zacatecas ?.Fueron 8 horas de camino...

Al pasar la tarde los amigos se despidieron no sin antes decir Julio: gracias por todo amigo mañana a trabajar porque hay que perseguir la papa de todos los días y, tengo que entregar un proyecto que si bien se realiza me dejaras de tener como vecino porque me compro otra casa más grande.

-En ese caso compraría la tuya y así tengo dos y tu una, mas grande pero solo una— decía Marco sonriendo
-Muy listo – respondió su amigo.

Por la mañana Doña Roberta una vieja chimuela toco la ventanilla del vehículo de Marco que se preparaba para ir a trabajar –vecinito no sabía que era un apasionado de los Toros de Chicago igual que mi nieto-- ¿apasionado porque lo dice?—extrañado le respondió.

-Su esposa le da por colocar me imagino su toalla toda la mañana sobre el balcón con ese toro grande que pareciera una bandera ondeando—
-Gracias muchas gracias –esbozo una sonrisa hipócrita y piso el acelerador, nunca le había caído bien esa vieja bruja.

Miraba el teléfono de la oficina dudando en llamar a su amigo al trabajo, finalmente se decidió lo tomo y marco. Pregunto por su amigo Julio, la secretaría le dijo que no se encontraba por lo que sus sospechas aumentaron al colgar el teléfono. Salió inmediatamente de la oficina y se dirigía a su casa.

Marco estaciono el vehículo poco antes de su casa para llegar caminando y descubrir si verdaderamente la sospecha era cierta o parte de la imaginación que lo atormentaba. Recordó a Doña Roberta cuando miro la toalla colgada en el balcón. –Maldita vieja tenía razón—abrió la puerta con cuidado y con pasos lentos se dirigió al pequeño despacho que tenía buscando un cajón, al encontrarlo saco un revolver que siempre estaba cargado y lo tomo.

Se paró junto a la puerta cerrada de la recamara mientras escuchaba murmullos, la abrió lentamente y miro como una masa amorfa de sabanas entre leves quejidos no dejaba de moverse. Se dibujo un rostro de coraje con frustración en la cara de Marco y grito: así, si, si ttte quería agagagarrar desgraciada ---no sabía si se había quedado tartamudo por la rabia.

Rebeca lo oyó y al quitarse parte de la sabana se sorprendió. Su amante que todavía estaba cubierto no solo por la sabana si no de los placeres de Rebeca trato de incorporarse inútilmente ya que Marco detono el arma cinco veces mientras se coloreaba la sabana de sangre con cada disparo que hacia sin poder apreciar el engañado de quien se trataba.

El llanto de la infiel mujer no cesaba mordiendo parte de la tela con que había compartido su ultimo momento de amor frustrado por Marco.

-Descúbrelo que quiero ver al maldito – Rebeca no lo hacía solo lloraba.

Los vecinos salieron de sus casas ante tremendos estallidos y asustados algunos llamaron a la policía, otros tocaban la puerta y gritaban si todo estaba bien.

Marco parado y con miedo no se movía ya que su temor era grande al descubrir lo inevitable que es la traición de alguien que pudiera ser muy allegado a él.

Los vecinos derribaron la puerta y uno de ellos dijo: - esperen aquí subo a ver qué sucedió-.

-¿Marco?—el infiel escucho su nombre detrás de el por encima de su hombro.
-¿Julio?– su corazón llegó hasta la garganta en golpes fuertes y constantes. -¿Qué haces aquí?-.
-Regrese a casa por mi proyecto que se me olvido y escuche las detonaciones –respondió el amigo todo nervioso -¿pero qué hiciste?.
-Mate al amante de mi esposa.

Julio se acerco al cuerpo y quito parte de la sabana, Rebeca no dejaba de llorar y Marco estaba congelado.

Al retirar la sabana Julio comenzó a gritar y llorar al ver el cuerpo de Cecilia mientras la tomaba entre sus brazos.

Marco sin soltar el arma se dirigió al balcón donde la toalla de los Toros de Chicago seguía ondeando con el viento y que servía de señal para Cecilia que Rebeca le esperaba para amarla.
Julio se acerco a Marco y llorando le dijo: -préstame el arma amigo-. Marco se la dio mientras tomaba la toalla entre sus manos.

Doña Roberta que se encontraba frente a la casa miro como el cuerpo de Marco caía desde el balcón después de escuchar una detonación.

La vieja se acerco al cuerpo de Marco inerte y con la toalla entre sus manos. Al llegar la policía un oficial le pregunto.

- ¿Qué sucedió aquí? -
-Lo sabía, lo sabia- decía la anciana señalando con el dedo índice al representante de la ley-existen parejas que nunca hacen ni harán un buen partido en sus vidas estando juntas.
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2/12/09

Perezoso Golden Blogs II.Recuerdos en conserva

Seguimos publicando los relatos de nuestros amigos.Ya casi hemos llegado al ecuador de los Perezoso Golden Blogs.Perdón,no haré más bromas al respecto.

Esta vez es Pau, de La voz de una gata, quien nos pone las cosas difíciles a la hora de repartir los puntos.

Recuerdos en conserva.

Cristina vivía junto a su madre en un pueblo cerca del faro. Desde pequeña les gustó observar cada uno de los regalos que la naturaleza tenía para ella: sentir el calor del sol en su piel, el vuelo de las gaviotas en las rocas, el sonido de las olas. Cada vez que podía, humedecía sus pies para refrescarse y recorría la orilla recogiendo toda clase de objetos que al llegar a casa guardaba con esmero.

El tiempo fue pasando, lo que al principio era una pequeña estantería se fue convirtiendo en un armario lleno de frasquitos de vidrio, los mismos que acostumbraba dejar su abuela cuando tomaba sus remedios y que ella al reciclarlos, conservaba toda clase de colores y aromas dándoles un nuevo sentido. Muchos de ellos a simple vista parecían vacíos, pero la niña los contemplaba con ilusión, escogía uno y al abrirlo sonreía recordando el lugar en que había estado y los momentos que había vivido como una parte del corazón de chocolate del pastel de cumpleaños que le hizo su madre, la flor que le regaló su padre el primer día del colegio, la canela del té que tomó junto a su abuelo las tardes de abril, las conchitas que recolectó del paseo de curso, la estrella de mar que recogió junto a su primer amor, un niño que en ella despertaba sentimientos especiales y que vivía junto a la pastelería a dos cuadras de su casa.

Una mañana, el viento que en un principio se escuchaba como un suave silbido se transformó en ráfagas que volaban todo lo que encontraba a su paso, comenzando a temblar más seguido la tierra se remeció con fuerza mientras en la radio las noticias se hacían eco de la gran tormenta que azotaba la bahía. Pensando en la seguridad de ambas, la madre de Cristina dejó todo tal como estaba y confiada en que no sería algo tan grave, tomó a la niña del brazo y corrieron hacia la puerta para seguir por la calle rumbo al cerro mientras ella, a pesar del miedo sollozaba:

- ¡Mis frasquitos mamá!, ¡Mis frasquitos mamá!

Al cabo de unos días las nubes se dispersaron, la lluvia por fin cesó y la tranquilidad volvió al lugar. Lentamente los habitantes fueron volviendo a sus hogares, a Cristina sus piececitos se le iban solos tratando de volver lo antes posible. Al llegar a casa fue corriendo hasta su habitación y al entrar gritó. Su madre al escucharla subió con rapidez, al entrar sintió una extraña sensación que le provocó una paz interior, por unos instantes se olvidó de todo los que había pasado hasta ese momento, pero al ver a su hija llorando desconsolada entre miles de pedazos de vidrio, con calma la alejó de los trozos para que no se cortara y preguntó:

- A ver Cristi, cuéntame porque son tan importantes esos frasquitos, si yo puedo comprarte unos nuevos en cuanto pueda.
-Es que eran únicos, en cada uno de ellos estaban mis mejores recuerdos conservados en esos pequeños envases y son momentos que ya no volverán.
- ¿Estás segura que no volverán?
La niña dejó de llorar y sin comprender preguntó:
- ¿Por qué me dices eso mamá?
- Cuando lloraste vine corriendo a verte y al entrar, tu dormitorio estaba con un aroma que me hizo pensar que a pesar del temporal que habíamos vivido, gracias a Dios estábamos a salvo y sobretodo a ti, mi hija querida, no te había pasado nada y sentí una alegría inmensa.
- Y eso ¿qué tiene que ver con mis frasquitos rotos? – preguntó la niña.
- Si te fijas bien, los trozos de vidrios con el sol formaron un arcoíris, proveniente de lo que tú, con mucho amor y dedicación conservaste hasta ahora y que esparcidos en el aire fueron capaces de transmitirme esa paz. Así, cada recuerdo que en ellos guardaste afloraran desde de tu interior y seguirán para ti vivos manteniendo un recuerdo latente en tu corazón.
La niña quedó en silencio y una luz de esperanza se dibujó en sus ojos, la abrazó con todas sus fuerzas y en un beso le agradeció sus palabras.

Cuando la calma volvió del todo al lugar, Cristina tomó los frasquitos que le regaló su madre y comenzó a llenar la casa con nuevos recuerdos en conserva cargados de felicidad.

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