7/3/08

Perdidos en Roma. Episodio I.


Nada mejor para tener un viaje tranquilo que acertar con el hotel.Para ello es necesario primero saber que necesitamos.

En una escapada corta yo siempre me inclino por tres factores fundamentales y en el orden siguiente a la hora de elegirlo.

Primero que su situación sea idónea respecto a los lugares a los que deberemos desplazarnos o movernos utilizando el motor de alubias.

Segundo que este limpio.Y tercero que este bien comunicado, ya que inevitablemente tendremos que utilizar métodos de transporte algo mas eficaces que el citado anteriormente.






El Hotel Accademia cumple perfectamente estas tres condiciones.Nosotros nos decantamos por una habitación superior.

Además les pedimos que no fuera exterior por la sencilla razón de que al estar justo al lado de la Fontana de Trevi el bullicio y trasiego de gente es inevitable con las consiguientes molestias.De modo que en este caso nos quedamos con vistas a un patio interior, no excesivamente amplio por cierto, y dormíamos como angelitos.

Cuando digo al lado de la Fontana quiero decir a unos 70 metros.Se oye el burbujeo del agua nada más cruzar el umbral de la puerta de recepción.

A escasos cinco minutos de Plaza España,Via del Corso y Via Condotti,ambas con sus áreas de compras o El Phanteon o la Plaza Barberini donde además de ver la famosa fuente del Tritón podemos coger el metro linea A que enlaza con la B en Termini a dos paradas.Tampoco faltan autobuses a escasos metros de la entrada al hotel.

Hasta el Colisseo o la plaza Navonna hay unos 15 minutos a paso tranquilo.Y alrededor de media hora hasta el Vaticano.

La habitación estaba perfecta.Aire acondicionado,caja fuerte gratuita,minibar, teléfono y Tv Lcd de 28 pulgadas vía satélite.Como curiosidad os dejo una foto de la ducha con dos grifos ideales para una buena guerrilla en pareja,ja,ja.

El desplazamiento desde el aeropuerto hasta el hotel lo teníamos incluido ya que los taxis suelen dar bastante caña al bolsillo y al acelerador.No obstante pudimos comprobar lo mal que conducen por aquellas tierras.

Por algo parten con 20 puntitos en su carnet de conducir.Nuestro chófer reconocía que conducían fatal pero eso si, "muuuucho mejor" que en Nápoles,donde afirmaba con rotundidad y sin que le llegara a coger bien aquella justificación que era ya para flipar.

Flipar lo que es flipar no mucho ya que por mi trabajo estoy acostumbrado a ver muchas cosas pero que el ser consciente de que estaba en la ciudad eterna ya os adelanto que fue rápido y divertido.

En medio de la autovía se puso a dar indicaciones a otro conductor como si estuvieran parados en un semáforo mientras por detrás se formaba una cola de órdago .Me empezaban ya a doler los tímpanos debido a los pitidos nada amables que nos dedicaban el resto de conductores mientras como podían nos iban adelantando por el arcén.

Era una situación absurda y que me hizo descojonarme durante un buen rato.Luego el tipo siguió a su bola canturreando en italiano mientras nos señalaba algunos monumentos desde el taxi y frenaba y aceleraba como si su cerebro fuera independiente de sus extremidades inferiores.

Estábamos en Roma.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jate tú que el otro día que fuí a la frutería a comprar fruta para la niña,me dije a mi mismo mirando tan suculenta fruta,esa cara me suena!!!!!!!Y ahora que te veo delante del hotel,me has refrescado la memoria.Y encima señalando con el pulgar para los despistados/as,si es que eres un señor.Saludos.

Lucía dijo...

Qué céntrico no??

Tú sí que sabes escoger hotel!! Y con dos grifos en la bañera!! Lo mejor de lo mejor ...

Pedro dijo...

Me encanto Roma, es una ciudad preciosa. Sólo he estado allí en una ocasión, en mi luna de miel, y me encantó. Eso sí, no puede superar a Venecia y sus calles estrechas, sus canales y constantes puentes.


Un saludo,


Pedro.

Perezoso. dijo...

Pues a mi Venecia aunque me gusto creo que tuve mala suerte ya que los canales estaban sucisimos y la gente no se cortaba en tirar latas de coca cola y mil porquerias más que se veian flotando.

Ahora el paseo en gondola con aquel italiano cantando el Oh sole mio se me ha quedado grabado para los restos.Que potito.Mi santa aun me lo agradece,je,je.

Luci lo de los grifos me lo encontre sin saberlo y nos marcamos un "ya que estan",ja,ja.

 

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